Para crecer de forma paulatina con éxito, toda empresa necesita proyectar una imagen adecuada que la diferencie y posicione por encima de su competencia.



A diario recibimos infinidad de impactos visuales (anuncios publicitarios en revistas, TV, radio, carteles, etc.) Son tan cotidianos, que no nos percatamos de la influencia que tienen en nosotros a nivel inconsciente.

​

En esta jungla publicitaria es fundamental tener una imagen que nos represente, defina e identifique rápidamente ante el público al que queremos llegar... Es como cuando “etiquetamos” a las personas según su apariencia.

​

La apariencia es lo que hace que unas personas u otras quieran acercarse a tu empresa. Posteriormente entrará en juego la relación con el cliente, pero el primer paso depende de la imagen exterior que proyectemos.

​

Por eso diseñar un logotipo supone un trabajo delicado. Cada matiz hace que su imagen global transmita sensaciones diferentes. Se trata de expresar el sentido de la empresa con el mínimo de elementos, para que sea fácil de memorizar.